miércoles, 8 de marzo de 2017

España, a la cola de la UE en edificios de consumo casi nulo

Segun las ultimas noticias que nos llegan de la Unión Europea estamos a la cola en edificios de consumo caso nulo.El Gobierno debe trasponer una directiva de 2010 que obliga a todos los nuevos edificios públicos a ser de consumo casi nulo a partir del 1 de enero de 2019.




La Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP), una asociación sin ánimo de lucro que engloba a más de 400 profesionales y empresas comprometidos con la eficiencia energética, advierte de que en España menos del 1% (concretamente el 0,006%) de las nuevas edificaciones para las que se ha solicitado licencia de obras desde 2009 cumple el estándar Passivhaus.


Seguramente que muchos se preguntan que es una Passivhaus,  se trata de una forma de edificar orientada a reducir al máximo la energía necesaria para la climatización del inmueble, logrando con ello mantener una temperatura constante y confortable mediante la optimización de los recursos existentes a través de las llamadas técnicas de construcción pasivas. Una de las maneras de conseguirlo es, por ejemplo, que un buen factor de forma reduzca la superficie del edificio en contacto con el exterior para disminuir las necesidades de climatización, otra es lograr la orientación correcta de las ventanas para aprovechar el calor del sol cuando están cerradas y la ventilación al abrirlas, o utilizar protecciones que impidan el sobrecalentamiento.
Esta asociación denuncia que mientras la mayor parte de los grandes países europeos se encamina con rapidez a promover que todos sus edificios de nueva construcción sean de consumo casi nulo, en España el Gobierno no ha procedido aún a definir qué es un inmueble de esas características. Bruselas, Francfort o Hannover y la región austríaca de Vorarlberg han regulado al respecto y todas sus nuevas construcciones se rigen por las exigencias del estándar Passivhaus, “algo especialmente urgente cuando los edificios son los responsables de entre un 30% y un 45% de la energía que consumimos”, explica Adelina Uriarte, presidenta de PEP.

Los edificios con este sello tienen una demanda de energía entre un 75% y un 90% inferior a la de un inmueble tradicional y si bien su coste de construcción es entre un 3% y un 8% más caro, ese sobrecoste se amortiza de cinco a 10 años, cuando la vida útil de un edificio es de 50 años.


Habrá que empezar a salir de la cola.